En este mes de mayo, nos acercamos con amor y devoción a los pies de nuestra Madre Celestial. La Virgen María, modelo de humildad y gracia, nos recibe con sus brazos abiertos y su corazón maternal.
En este tiempo especial, recordamos la importancia de la Medalla Milagrosa, un símbolo de protección y bendición que nos invita a acudir a María en busca de consuelo y ayuda.
Que este mes nos encuentre renovando nuestra devoción hacia María y llevando con nosotros la Medalla Milagrosa como un recordatorio constante de su amor maternal y su intercesión poderosa.
¡Que la Virgen María nos acompañe y proteja en cada paso del camino!